sábado, 26 de marzo de 2011

cambio de casa


parte de la vieja estela de la puerta, que años pasaba puesta en el mismo lugar de una lugubre sala, a medio caer, pero en el mismo lugar, es asi como cada pedazo de un cimiento construido se va disolviendo, se cae pedazo por pedazo, ya solo queda mudarse
tomar muebles, camas y recuerdos, recoger ropa, hasta condones tirados bajo la cama, uno que otro confort que por ahi se ensucio, y recogo la ropa, la recogo...
es momento de tomarlo todo y desvanecer lo que se considero hogar, algunas lagrimas de mi madre, quejas de mi padre y abandonos de mi abuela...somos sin tierra
sin hogar, sin silueta de nuestros pies en la tierra, vuelvo a las cajas, esas cajas de alguna labadora , de alguna cosa que se compro un domingo por la tarde cuando la familia llegaba de su paseo de fin de semana, donde se tomaba el te, se comia el queso , se discutia y se veia tele...
hoy la mesa esta vacia, hay que desarmarla, no es posible conservala, ni hay pasado que nos condene a sentarnos otro domingo a la mesa, no es el mismo lugar, todo se termino
el gato, futuro abandonado, sumerge su pecho en el mio, tengo miedo, no se si de cambiarme de casa, de romper viejas tradiciones, o de ser un pies errantes.
ya tomamos las cosas, las subimos al auto, esa cosa que parece persona, pero con ruedas, y miramos, cada uno, en su desconsuelo, en su esperanza, o su rota esperanza, se piensa que no se sabe, no se sabe donde se para de cambiar, si se muda la piel, la casa, las cosas rotas, si el hombre es de la tierra o del aire...

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